En época de cosecha se resiente la obra. Pero que le vamos a hacer, también hay que comer, y qué mejor que la verdura del propio huerto.

 


Lo que seca en la escalera son nueces. Este año ha habido muchas.

 


 

Los gatos, sean nuestros o de los vecinos, se apuntan a la "Pelu felina Rosa" sin necesidad de buscarlos. En verano agradecen una revisión de pulgas en cualquier momento.

 


 

Antes de poner mortero en las paredes hay todavía unas cuantas cosas que hacer: tapar tuberías, poner tubos y distribuidores de calefacción, aquí en el alpendre.

 


Y este es el aspecto cuando el distribuidor para la calefacción está en su sitio.

 


Y si fuera sólo un distribuidor.... pero no, son unos cuantos.

 


Y aunque parezca que ya hemos encintado todo lo habido y por haber, pues no, siempre queda algo. Aquí una pared en la planta baja del alpendre antes de empezar.

 


Y una vez encintada. Otra cosa, ¿no?

 


Hay agujeros que uno ya había olvidado, pues habrá que taparlo, que remedio.

 


Ahí está, agujero tapado y columna encintada ya de paso.

 


Tuberías. Necesarias pero nadie quiere ni verlas ni oírlas. Así toca aislarlas y cubrirlas.

 


Tapadas.

 


Las tuberías de suministro para la calefacción han dado mucho trabajo, sobre todo cuando había que atravesar una pared de 75cm de grosor, salvar diferencias de nivel, cortar cemento armado, .... Preparativos:

 


Aquí las dos primeras tuberías.

 


 

Y finalmente las cuatro.

 


Vestidas parecen hasta decentes.

 


Estas tuberías de suministro tenían 22 metros cada una y había que colocarlas de una pieza.

 


Menos mal que siempre acude ayuda.

 


El doblador de tubos es realmente práctico y esencial.

 


Sí, más distribuidores para la calefacción...

 


Lo que se ve apoyado en la pared no es un trozo del órgano de la capilla sino una construcción casera para mantener las 5 tuberías de calefacción en su sitio dentro de la pared, que por cierto es tan gruesa como largos son los tubos...

 


... bueno casi, un poquito de tubo sobra.

 


Ya van saliendo tuberías por el invento casero.

 


Otro distribuidor de calefacción. Es que son tantos...

 


 

Trece en total. Tranquilos, no vamos a poner fotos de todos ellos, tampoco es cuestión de aburrir al lector.

 


Aunque bien pensado, ahí va uno más.

 


La cámara no da para sacar la verdadera longitud de esta tubería que llega por la derecha a las habitaciones sobre el horno.

 


Este pedestal es para la chimenea como aislamiento hacia la madera. El suelo final una vez puesta la calefacción, quedará a esa altura.

 


Rellenando las juntas.

 


De pladur ya queda poquita cosa por hacer, pero de vez en cuando surge alguna pared pendiente. Por suerte ya van siendo menos. Esta, detrás de la cual están los depósitos de agua, no la hicimos en su día pensando pasar por allí unas tuberías de calefacción que finalmente han ido por otro camino.

 


Instalación eléctrica: al principio habíamos dejado parte de la instalación en las paredes de piedra a la vista, pero finalmente Thomas decidió dar un poco uso al percutor y se puso a empotrar interruptores, enchufes y alguna que otra línea. Parecían pocos pero resultaron ser 32 unidades.

 


Uno de los salones en el piso de arriba del alpendre antes de poner el yeso.

 


Y aquí recien puesto, aún sin secar, por eso está más gris que blanco.

 


El otro salón de arriba en el alpendre antes de poner el yeso.

 


Y después. No echamos de menos a los ladrillos.

 


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